miércoles, 24 de septiembre de 2008

LA FAMILIA

FAMILIA

La familia es una comunidad esencial e insustituible para formar saludablemente la personalidad humana, lo cual es garantía de altas probabilidades de realización individual y social, a lo largo de la existencia. Por ello de define siempre a la familia como “la célula fundamental de la sociedad” y se le considera merecedora de toda protección y ayuda de parte del Estado. En Honduras, así lo expresan la Constitución de la República y muchas leyes especiales y secundarias.

El mes dedicado al Matrimonio y a la Familia, por la Pastoral de la Iglesia Católica, en Agosto de cada año, es un espacio dedicado a reflexionar sobre la situación de estas dos instituciones de Derecho Natural. Por su enorme importancia, ambos el Matrimonio y la Familia han sido reconocidos por las Leyes nacionales e internacionales como Instituciones de Derecho, que otorgan derechos e imponen obligaciones a cada uno de los miembros que las integran.

Jesucristo mismo elevó el Matrimonio, entendido exclusivamente como la unión de un hombre y una mujer por amor, a la categoría de Sacramento; verdadera fuente en vida sobrenatural. A la Familia, con su Encarnación en el seno de ella, la consagró como un lugar sagrado donde existe una comunidad de vida y de amor, cimentada en la donación mutua.

La Familia se convierte así en ámbito donde se desarrolla la persona para alcanzar la plenitud de la vida temporal y donde se verifica la transmisión de la fe para trascender a la vida eterna. Es por ello, la única institución donde la persona se forma humanamente de manera integral; donde se educa para amar y se comunican, de manera efectiva, los valores que dan sentido y contenido a la propia existencia.

Pero la cultura post modernista que se vive hoy, saturada de egoísmo, y relativismo, es una amenaza para la estabilidad del Matrimonio y la Familia, esta cultura fuertemente influenciada por criterios hedonistas, provoca una fatal separación, entre familia y vida, mediante la promoción indiscriminada de todas las formas posibles de contracepción.

Así, en el seno de la Familia, se experimenta una profunda división en el amor unitivo de la pareja, el cual al dejar de ser fecundo, destruye la esencia misma del amor. Otra manera significativa para el Matrimonio y la Familia lo contribuyen los estilos de vida que , basados en la búsqueda incesante del placer, hacen cada vez más fácil el proceso legal de divorcio, además actualmente se busca reconocer legalmente uniones “contra natura”, hasta el punto de considerarlas como “familia verdadera” y darles la capacidad de hacer uso del derecho de adopción.

Con tanto subjetivismo se promueven conductas erradas tales como: una relación de excesiva independencia entre los cónyuges; además se distorsionan las relaciones de autoridad entre padres e hijos y, sobre todo se cae en la dificultad práctica en transmitir valores, ante el persistente bombardeo de anti valores en el mismo hogar, a través de distintos medios de comunicación social.

La mentalidad actual, glorifica y absolutiza lo económico, haciendo del mercado el valor más elevado y a “cuyas sabias y desconocidas leyes” es preciso someterse, por ello se deja a las Familias libradas a su propia suerte, sin que el Estado asuma ninguna responsabilidad en su protección y promoción, a pesar de la legislación existente.

Situación gravísima para Honduras, donde la pobreza que abate a la mayoría de la población y el número de hogares incompletos, bajo la responsabilidad de madres solteras, es bastante elevado. Sin políticas de protección y ayuda, para fortalecer el Matrimonio y la Familia, el desarrollo nacional seguirá siendo un objetivo ilusorio.

Ya lo expresó claramente el Señor Jesús: “Busquen primero el Reino de Dios y su Justicia..... lo demás vendrá por añadidura”.










Fuente: Diario Fides.
Del 22 al 28 de Agosto de 2004.

Recopilado por La Unidad de Capacitación del RNP.

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