lunes, 16 de noviembre de 2009

Los DNI, una medida acertada Registro Civil Argentina

Los DNI, una medida acertada Registro Civil Argentina
La decisión del Gobierno nacional de impulsar la construcción de una imprenta de alta tecnología para la confección de los nuevos documentos nacionales de identidad, es saludable y acertada. Porque su costo total es abismalmente inferior al que se había presupuestado años atrás; porque los nuevos DNI constan de fuertes medidas de seguridad y sólo restará establecer aceitados mecanismos para la entrega.
lunes, 16 de noviembre de 2009
La presentación del nuevo Documento Nacional de Identidad que tendrán a partir del año próximo los argentinos, termina con una triste historia que ocupó a la ciudadanía durante los últimos tiempos y permite observar con mayor tranquilidad el futuro, en razón de que el costo del nuevo documento permitirá la adquisición a la totalidad de los argentinos.

Paralelamente, si la tarea de otorgamiento se realiza con una suficiente -y eficiente- campaña previa, también permitirá cortar con la enorme cantidad de indocumentados que existen en el país.

Para muchos historiadores, la creación del Registro Civil fue uno de los tantos logros que dejó aquella “Generación del ’80”. Hasta ese momento, la inscripción de las personas sólo constaba en las actas parroquiales, donde figuraba la información sobre nacimientos, matrimonios y muertes.

Según se afirma, el surgimiento de los primeros registros civiles obedeció, en parte, a la necesidad de evitar la diversificación por parroquias, que dificultaba los trámites. En ese marco, durante la presidencia de Julio A. Roca se sancionó la ley que creaba los registros civiles en jurisdicción federal y territorios nacionales y en la gestión de Juárez Celman la de matrimonios civiles. Finalmente, en 1889 fue sancionada la ley que establecía los registros civiles en todo el territorio nacional.

Esas leyes fundamentales fueron reforzadas luego con la realización de los diferentes censos, para conocer también el crecimiento poblacional del país.

A lo largo de los años, los documentos de identidad fueron modificándose. De aquellas libretas cívicas para las mujeres y enrolamiento para los hombres, se pasó al Documento Nacional de Identidad que, al igual que los anteriores, permitía su utilización para emitir el sufragio.

Sin embargo, ese tipo de libretas y la necesidad de contar con ella durante todo el tiempo, llevó a algunos a pensar en la necesidad de establecer un nuevo tipo de documento, con la misma cantidad de datos que los anteriores, pero que resultara mucho más difícil de falsificar. El llamado a licitación para la confección de los nuevos documentos estuvo enmarcado en gravísimos hechos de corrupción.

Sucede que la empresa alemana que había resultado adjudicada, habría abonado más de 100 millones de dólares en “coimas” a algunos funcionarios, mientras se estimaba que el monto total que percibiría la empresa por los documentos superaría los 1.200 millones de dólares. Las denuncias, que no sólo se presentaron en la Argentina sino que hubo casos similares en otros países, llevó a que se rescindiera aquel contrato.

En el marco señalado, resulta saludable la decisión del Gobierno nacional de proceder a la construcción de una imprenta, que consta de tecnología de punta, para la confección de los nuevos DNI. En primer lugar, porque el costo de la misma llegó a los 18 millones de dólares, una diferencia abismal con aquellos 1.200 millones que se habían presupuestado años atrás y, en segundo término, porque esa tecnología instalada permitirá a los nuevos documentos constar con 30 medidas de seguridad consideradas “inviolables”.

Se terminará así con la posibilidad de falsificación de documentos, como se había planteado en numerosas oportunidades anteriores, mientras la decisión de establecer un costo de 15 pesos para la obtención del mismo le permite quedar al alcance de todos los habitantes.
Más aún, se dispuso que el DNI será totalmente gratuito para los recién nacidos.

Por otra parte, como el documento tendrá doble formato -en libreta, para utilizar en elecciones, y en tarjeta plástica, del tamaño de la cédula de identidad, pero con los mismos datos que contiene el DNI, para el uso cotidiano- se evitarán las rápidas destrucciones que se habían presentado anteriormente.

El tema restante y que aún debe implementarse, es el de la demora en la confección y entrega del nuevo DNI. Porque, según estudios realizados por una de las comisiones del Senado provincial, en Mendoza existe un “indocumentado” por cada cuatro habitantes y la gran mayoría de ellos está motivada por la pérdida de su documento y la demora en recibir el nuevo.

Si se aceitan convenientemente los mecanismos y el otorgamiento se realiza dentro de los plazos anunciados por las autoridades, sólo cabe esperar el éxito definitivo de la medida. Ojalá así sea.

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