viernes, 23 de junio de 2017

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Cómo proteger a los muertos del robo de identidad

Los delincuentes están ampliando su ámbito de operaciones.

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In English | Los ladrones de identidad están ampliando su ámbito de operaciones, incluso al más allá. Cada año utilizan la identidad de casi 2,5 millones de estadounidenses difuntos para, fraudulentamente, obtener tarjetas de crédito, solicitar préstamos y contratar diversos servicios, como teléfonos celulares, según ID Analytics, empresa dedicada a la prevención del fraude.
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Su identidad no está a salvo, aun después de muerto. — Foto: Gary S. Chapman/Getty Images
Casi 800.000 difuntos —unos 2.200 al día— son blanco de tales fechorías. Las identidades de otros las roban por casualidad: por ejemplo, los estafadores inventan un número de Seguro Social que resulta ser el de alguien que ha fallecido.
Se llama "ghosting" (fantasmear). Como les puede tomar hasta seis meses a las instituciones financieras, las agencias de informes de crédito y la oficina del Seguro Social recibir, transmitir o registrar notificaciones de fallecimientos, a los estafadores les sobra tiempo para hacer de las suyas. Y, además, los muertos no revisan sus informes de crédito, ni tampoco suelen hacerlo sus familiares.
A veces, los estafadores obtienen la información personal de sus víctimas de hospitales y funerarias. Con más frecuencia, rastrean los obituarios. Con un nombre, una dirección y una fecha de nacimiento en mano, pueden comprar en internet el número de Seguro Social de la persona, pagando tan poco como $10.
En esta época del año, hay delincuentes que presentan declaraciones de impuestos usando las identidades de muertos y reciben reembolsos del IRS. Ese tipo de reembolso fraudulento sumó $5.500 millones en el 2011.
Lo único bueno es que los familiares NO son responsables de esos cargos (o de las deudas legítimas de los muertos si sus nombres no aparecen en las cuentas). Pero aun así, el "fantasmear" puede causar mucha angustia.
Así que protéjase después de la muerte de un ser querido tomando estas medidas:
  • En los obituarios, ponga la edad del difunto, pero no la fecha de nacimiento, nombre de soltera de la madre u otros datos que puedan resultarles útiles a los ladrones de identidad. Omitir la dirección del difunto también disminuye la posibilidad de que roben su casa durante el funeral (y esto, desafortunadamente, ocurre).
  • Envíe copias del acta de defunción, a través de correo certificado con solicitud de recibo, a cada una de las agencias que emiten informes de crédito —Equifax, Experian y TransUnion— y pida que indiquen en el informe que el individuo ha fallecido. Envíe actas de defunción a los bancos, las aseguradoras, las compañías de corretaje y de tarjetas de crédito, y las casas hipotecarias en las que el difunto tenía cuentas. Si cierra una cuenta individual, asegúrese de que la institución indique que la razón es que el titular murió. En el caso de cuentas conjuntas, quite el nombre del difunto.
  • Informe al Seguro Social de la muerte llamando al 800-772-1213
  • Póngase en contacto con el departamento de vehículos motorizados de su estado para cancelar la licencia de manejar del difunto y evitar así que un estafador solicite y reciba un duplicado.
  • Unas semanas después, revise el informe crediticio de la persona en annualcreditreport.com para ver si ha habido actividad sospechosa. Varios meses más tarde, vaya al mismo sitio web y obtenga un segundo informe crediticio de otra de las tres agencias.
  • Para más consejos, visite Identity Theft Resource Center (Centro de Recursos Acerca del Robo de Indentidad) y escriba "deceased" (fallecido) en la casilla de búsqueda.
Sid Kirchheimer es autor de Scam-Proof Your Life (Haga su vida a prueba de estafas) (AARP Books/Sterling). 

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