miércoles, 18 de marzo de 2009

LAS CELULAS NOS DELATAN

LAS CÉLULAS NOS DELATAN


Hoy, Sherlock Holmes cambiaría su legendaria lupa por un análisis genético, cada ser humano es un ser único con signos de identidad biológicos que lo diferencian de sus miles de millones de congéneres. El código genético, el grupo sanguíneo, las características del iris, las huellas dactilares, la voz y los rasgos faciales, son signos que definen a cada individuo.

La medicina legal y la policía científica utilizan todos estos medios para reconocer a una persona, determinar una paternidad o identificar un cadáver, uno de los sistemas de identificación más avanzados consiste en estudiar electrónicamente las fibras, vasos sanguíneos y detalles del iris del ojo de una persona, para comprobarlo con su imagen digitalizada y almacenada en un banco de datos: Un método tan fiable como la dactiloscopia ya que no existen dos iris iguales.

Pero sólo es uno de los métodos para identificar a una persona a través de un documento que siempre lleva consigo y que además es muy difícil de falsificar: su propio organismo. Es que nuestro ADN o ácido desoxirribonucleico, la molécula que contiene nuestro código genético, es diferente en cada uno de los más de 6.000 millones de seres humanos que viven en el planeta y determina la organización de nuestras células y cada uno de nuestros rasgos, desde el color de los ojos hasta la propensión a distintas enfermedades, es un autentico DNI biológico. Mientras la moda, el consumo, algunas corrientes ideológicas, filosóficas y religiosas, los hábitos y las costumbres, expresan una tendencia a la uniformidad colectiva, la naturaleza parece querer demostrar que cada ser humano es distinto, al darle unos rasgos particulares que le permiten tener su propia identidad.


La Cara, Tarjeta de Presentación.
La fisonomía es la “Tarjeta de presentación biológica”, más simple y de más fácil examen de que se dispone para identificar al ser humano y ofrece el recuerdo más duradero de una persona, aunque es también la que puede contener un mayor margen de error para el reconocimiento de individuos con fines legales.

Aunque esto resulta bastante raro, los rasgos del rostro pueden ser iguales en el caso de los gemelos idénticos. Además, la cara va cambiando con el transcurso del tiempo, las alteraciones orgánicas que pueda sufrir o su reforma mediante cirugía plástica. Todo esto hace de la fisonomía una seña de identidad muy cambiante, otro signo de identidad biológico es la voz, que no sólo permite reconocer las cualidades sonoras propias del individuo que la emite, sino que además puede transmitir sus sensibilidades y estados de ánimo.

Ya se emplean instrumentos para analizar las vibraciones bucales de cada persona, lo que permite identificarla aunque intente modificar su voz de forma voluntaria, pero el principal más sencillo, económico y eficiente método de identificación policial y forense, sigue siendo el examen de las huellas dactilares; Los característicos surcos de las yemas de los dedos, que deja una persona en lo que toca y que se implantó por primera vez hace más de un siglo en Argentina, la presencia del dibujo dactilar desde etapas muy tempranas de la vida hasta un tiempo después de la muerte, la difícil modificación de su morfología por las lesiones y la imposible igualdad de las huellas de dos personas, son las características más favorables de la identificación dactiloscópica.

El sexo, la talla, el pelo, el color de piel y de los ojos, así como otros factores accidentales, como los defectos contentivos, los tatuajes, las cicatrices, las secuelas de un traumatismo y las amputaciones, son otras señales biológicas empleadas en criminalística para completar una identificación.


Las intimidades del Iris.
Uno de los más avanzados sistemas de identificación basados en la biología humana que se está desarrollando consiste en estudiar electrónicamente las fibras, vasos sanguíneos y pequeños detalles del iris del ojo de una persona, para comprobarlo con su imagen digitalizada y almacenada en un banco de datos, pero para este método considerado tan fiable como las huellas dactilares para reconocer a una persona ya que no existen dos iris iguales, no se prevé un uso policial sino aplicarlo a la identificación en cajeros automáticos o en sistemas de seguridad electrónica destinados a permitir el acceso a ciertos lugares.

La sangre es otro “Carné de identidad”, orgánico a comienzos de siglo Leinsteiner descubrió que al mezclar glóbulos rojos de una persona con el suero de otras se producía una reacción entre unas sustancias contenidas en las membranas de los primeros tejidos o antígenos y ciertos productos del suero; anticuerpos, el doctor Leinsteiner describió varios tipos de antígenos, cada uno de los cuales determinaban un grupo sanguíneo y al conjunto se le designó con el nombre ABO.

Desde entonces las transfusiones de sangre no representaron un riesgo para el paciente, ya que se habían puesto de manifiesto las incompatibilidades entre los grupos sanguíneos, después se fueron describiendo otros sistemas con sus correspondientes grupos sanguíneos, como el conocido Rh y otros métodos sanguíneos como el Lewis, MNSs, Lutheran y Kell, hasta 300 antígenos de la membrana del glóbulo rojo.

Estos antígenos cuya estructura viene dictada por los genes presentes en los cromosomas de la célula y que tiene una gran variedad de expresiones, pueden utilizarse como marcadores que pueden identificar a la persona y ayudar en las investigaciones biológicas para establecer una paternidad.

Otras células de la sangre, como los glóbulos blancos y las plaquetas, así como diversas proteínas del suero, también tienen sus grupos, sistemas y genes lo cual también los hace útiles para establecer las relaciones genéticas entre dos personas.


Los secretos de la sangre.
El sistema HLA (siglas de Human Leukocyte Antigens o antígenos de los leucocitos humanos), que interviene en diversos procesos de la respuesta inmunológica del organismo también ha sido aplicado al estudio de la identidad humana.

Cuando un elemento extraño ya sea tejido celular, bacteria o virus, entra en contacto con el organismo, ciertas células propias del sistema inmunitario llamadas linfocitos T, se encargan de impedir la posible agresión del agente externo.

Para que intervengan estas células defensivas, tiene que mediar el sistema HLA, un conjunto de proteínas que presentan en un elevado número de combinaciones posibles, las cuales confieren a cada persona unas características especificas con las que se pueden determinar su identidad, sin margen de error.
Es prácticamente imposible hallar dos individuos sin lazos familiares que tengan un HLA idéntico, la determinación mediante un análisis de sangre de las variantes que componen el sistema HLA de una persona, no sólo sirven para conocer el grado de compatibilidad y posible rechazo entre el donante y el receptos de un órgano para trasplantarle, sino que ha demostrado una gran utilidad con fines diagnósticos, en pruebas de paternidad y para identificar a las personas.


La huella genética.
El sistema de identificación por ADN “huella genética”, creado por Alec Jeffrey en 1984 se aplica a resolver cada vez más problemas médico – legales desde confirmar la culpabilidad o inocencia de un sospechoso hasta identificar un cadáver.

Esta identificación se basa en que la posibilidad de que el ADN, es decir la molécula que contiene toda la información genética y hereditaria de un individuo, de dos personas sea igual es prácticamente nula, así si el análisis genético de un pelo u otro tejido humano encontrado en el lugar de un crimen, demuestra que su ADN coincide con el de uno de los sospechosos, se puede afirmar que ese cabello es del sospechoso y que es probable que esa persona visitara en un momento u otro el lugar del crimen.









Fuente / Diario La Tribuna.
Lunes 20 de Octubre de 2003.


Recopilado POR ABOGADO JORGE FERNANDO MARTINEZ GABOUREL

TECNICO REGISTRAL HONDUREÑO ahrbom@yahoo.com

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